La semana pasada visité la exposición del escultor cubano (Santiago, 1950) José Villa, Immutabilitas, en el IVAM (Institut Valencià d'Art Modern; http://www.ivam.es/exposiciones/2536-jos-villa ) y me gustaron mucho sus 13 piezas de acero, conceptuales y poéticas. Ésta, la encontré hermosa:
José Villa, Torso
"Entre los colores y los sonidos hay una gran relación. El cornetín de pistón produce sonidos amarillos; la flauta suele tener sonidos azules y anaranjados; el fagot y el violín dan sonidos de color de castaña y azul de Prusia y el silencio, que es la ausencia de sonidos, el color negro. El blanco lo produce el oboe."
Y es que siempre me ha fascinado la relación entre los sonidos y los colores (en este orden pues no la he experimentado en el sentido color-sonido, sólo sonido-color). Vivo con esto desde el primer aprendizaje de la lectura y la escritura, creo (si viene de más lejos, no lo sé): conocer el alfabeto me gustó con locura, los sonidos y las formas de las letras, claro, pero más agudo y compartido con menos personas, la relación entre los sonidos y los colores de las letras, de las vocales sobre todo. Después descubrí que había quien no percebía colores al oír las vocales y que también había quien percebía colores distintos de los míos.
Tenía 11 o 12 años (primer año de Insti) cuando me presentaron a Rimbaud y su Soneto de la Vocales:
A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales,
algún día diré vuestro origen secreto;
A, negro corsé velludo de moscas relucientes
que se agitan en torno de fetideces crueles, golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas, lanzas de glaciar fiero,
reyes blancos, escalofríos de umbelas;
I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos
en cóleras terribles o embriagueces sensuales;U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduzcos,
paz de campo sembrado de animales,
paz de arrugas que la alquimia imprimió en las frentes profundas;
O supremo clarín de estridencias extrañas, silencio
atravesado de Angeles y de Mundos;
O, la Omega, el reflejo violeta de sus Ojos!
Para mis compañeros era una cosa descabellada y para mí una cosa confusa: sí, sí, las vocales son de colores ! pero no, la A no puede ser negra, imposible, es roja, de un rojo vivo, tomate, amapola ! la U, sí, sí ! la E y la O, casi, sí, depende... ¡ Y los paisajes evocados ! Qué agitación sentí entonces ! Juro que me acuerdo ! y que todavía me pasa si surgen comentarios sobre las vocales y sus colores (o no colores) !
Más tarde supe que se trata de un fenómeno estudiado y que lleva el nombre de sinestesia (en neurología: la mezcla de varios sentidos diferentes)
Los nombres propios tienen los colores de sus vocales (algunas consonantes dan colores también, diría que más formas que colores). Las palabras en general tienen para mí forma y algo que ver con un paisaje o un elemento arquitectónico y, cómo no, color: las consonantes como estructura y las vocales como color... No siempre es una cosa delimitada, nítida pero a veces, a menudo, sí... Esta particular sensibilidad (si se puede llamar así) me ha tenido que facilitar el trabajo de aprender las lenguas que conozco: una palabra con su sonido, su "geometría" y sobre todo su color (sus colores, según como) para tal objeto, tal concepto... un mundo de correspondencias... Ay! no sé ! y no sé si me explico...
A ver qué me contais vosotros, qué sentís, qué pensais ! Y volviendo a Rimbaud, su poema me emociona porque expresa lo que se siente cuando se siente esta relación. Las vocales para mí son de estos colores: la A, roja; la E, gris muy muy claro; la I, amarilla (toda la paleta, del limón acidulado al polluelo tierno); la O desprende un color que visualizo pero no hay palabra, es oscura, tiene reflejos azul noche, es negra con luz violeta, nunca he dado con la palabra en ningún idioma pero la veo, la podría pintar; la U es verde, definitivamente y la Y (que en francés es una vocal) es de un amarillo muy claro... ¿Cómo lo véis ?
Voyelles, de Arthur Rimbaud, en V.O (¡ que es así como me inicié !) va así:
A noir, E blanc, I rouge, U vert, O bleu : voyelles,
Je dirai quelque jour vos naissances latentes :
A, noir corset velu des mouches éclatantes
Qui bombinent autour des puanteurs cruelles,
Golfes d'ombre ; E, candeur des vapeurs et des tentes,
Lances des glaciers fiers, rois blancs, frissons d'ombelles ;
I, pourpres, sang craché, rire des lèvres belles
Dans la colère ou les ivresses pénitentes ;
U, cycles, vibrements divins des mers virides,
Paix des pâtis semés d'animaux, paix des rides
Que l'alchimie imprime aux grands fronts studieux ;
O, suprême Clairon plein des strideurs étranges,
Silence traversés des Mondes et des Anges :
- O l'Oméga, rayon violet de Ses Yeux ! -
Bueno... os dejo aquí de momento, un abrazo, hasta pronto ! Muriel
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